lunes, 24 de octubre de 2011

Microrelato 1- La sombra de la luna

La última vez que anduve por allí nada parecía tan tenebroso. Aquella noche la casa de mi tía parecía otra, yo, que estaba sentado en mi columpio, reflexionaba sobre lo maravillosa que era la luna y los astros que se hallaba misteriosamente flotando alrededor. Crujido, chasquido, no se que ha podido ser, pero de lo que estoy seguro es de que no ha sido bueno. Corro, sombras pasan alrededor de mi aura, prefiero no mirar pero aquello se me cala en los poros, me rechaza y me dice que no entre, que no entre en casa. No haciendo caso del sentido común, entré salvajemente, casi sin tocar la puerta y, silencio.
Ni un murmuro, solo el viento azotando sus brazos contra los cristalinos reflejos de las sombras. Mi juicio, ya me traicionaba, no sabia si era arriba o abajo, si dentro o fuera, pero lo que si sabía y de lo que estaba seguro, es de aquel descabellador sonido antes escuchado. Derrepente el corazón, ya volcado, acelera como si no hubiera mañana, al escuchar otra vez el mismo sonido. Yo sin saber lo que hacer fui sigilosamente hacia el cuarto de mi tía. Entré, y, y, y... ella, atada sobre la cama en posicion fetal, tenía un charco de aquella sustancia rojiza que nadie quiere ver hasta que la ve,sangre. Me di cuenta de que su cabeza se hallaba perdida de su cuerpo, colgada en la parte al ta del ventilador. Al instante, me duele, más rojo, no lo creo, me doi la vuelta y veo, veo que ahí estaba, clabandose,  una daga penetrando en mi, una daga que mata, que duele, que viene de ella, la sombra de la luna.
LORENZO HAPPY ESCRIBE.
 

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